Grado de los Autores
1. Profesor Senior del Departamento de Dentística, Endodoncia y Materiales Odontológicos de la Facultad de Odontología de Bauru - FOB. Universidad de Sao Paulo - USP. Brasil. 2. Profesor Doctor del Instituto Mondelli de Odontología. Bauru - Sao Paulo. Brasil. 3. Profesor Asociado del Departamento de Dentística, Endodoncia, y Materiales Odontológicos de la Facultad de Odontología de Bauru - FOB. Universidad de Sao Paulo - USP. Brasil. 4. Profesor Asociado de la Facultad de Estomatología de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. 5. Especialista, Máster y Doctor en Dentística por la Facultad de Odontología de Bauru - FOB. Universidad de Sao Paulo - USP. Brasil. 5
Objetivos
El objetivo de este artículo es demostrar, que puede continuarse con la enseñanza y la utilización de la amalgama dental en situaciones en que la estética no sea el factor preponderante, sin recelo de un posible efecto secundario.
Resumen / Abstract
Muchas organizaciones no gubernamentales, científicos, docentes, dentistas, médicos, activistas y abogados han trabajado incansablemente para legislar dando fin a la amalgama como material restaurador odontológico, habiendo expresado sus opiniones y publicado artículos que han contribuido a incentivar la “tercera guerra” contra la amalgama. El UNEP (Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente) concluyó sus debates acerca de un acuerdo internacional: la Convención de Minamata sobre el Mercurio, cuyo objetivo es reducir los impactos ambientales significativos para la salud debido a la contaminación atmosférica por mercurio, incluyendo disposiciones concernientes a diversos productos que contienen dicho elemento químico. Según dicho acuerdo, algunos de esos productos deberán ser proscritos a partir de 2020. Las restauraciones de amalgama no fueron incluidas en la prohibición, sin embargo, el tratado sugiere algunas disposiciones acerca de la reducción gradual del uso de dicho material, sin exigir su proscripcción ni establecer un plazo para abolir su uso. De acuerdo con el reciente informe del UNEP, de 2013, las principales fuentes antropogénicas (actividades humanas) de contaminación ambiental por mercurio están vinculadas con la minería artesanal de oro, la quema de carbón y la producción de cementos, metales ferrosos y no ferrosos. La cantidad de vapor que se libera anualmente a la atmósfera por cremación a partir de restauraciones de amalgama, no llega al 1% del total emitido en todo el mundo por otros sectores contaminantes.
Con relación a posibles vapores provocados por los residuos de la amalgama, no existe ningún dato registrado hasta 2013 por el UNEP. En los sistemas acuáticos se halla la forma más tóxica de mercurio: el metilmercurio u orgánico, el cual se acumula en los peces y mamíferos marinos que son consumidos por los seres humanos; adicionalmente, en el medio ambiente el mercurio inorgánico, no tóxico, y el elemental, menos tóxico, pueden ser transformados en metilmercurio. La mayor parte de la exposición considerada riesgosa para la salud humana por causa del mercurio proviene del consumo de alimentos, tales como peces marinos o de agua dulce. No ha sido publicada ninguna investigación de buena fé, auténtica y científica, que muestre algún vínculo válido entre la amalgama en la cavidad oral y cualquier enfermedad sistémica. Por lo tanto, con la prudencia necesaria, el buen sentido y dentro del conocimiento y los estudios pertinentes, puede continuarse con la enseñanza y la utilización de la amalgama dental en situaciones en que la estética no sea el factor preponderante, sin recelo de un posible efecto secundario.
Many non governmental organizations, scientists, professors, physicians, dentists, lawyers and activists have been working tirelessly to legislate on the end of amalgam as a dental restorative material, their articles and opinions contribute to encourage the "third war" against amalgam. The UNEP concluded discussions on an international agreement, the Minamata Convention on Mercury, which aims to reduce the health impacts due to environmental impacts due to air pollution by mercury, and includes provisions dealing with various products containing this chemical element. Some of these products may be banned by 2020. Amalgam fillings were not affected by the ban, however, the treaty suggests some provision for gradual reduction of use of this material, but without requiring prohibitive measures or a term of banishment. According to the recent report of UNEP (2013), the largest anthropogenic sources (human activity) of environmental mercury contamination are associated with gold mining, burning of coal and cement, ferrous and nonferrous metals production. The amount of vapor released annually to atmosphere from cremation of amalgam does not reach 1% of the total issued by other sectors of pollution. Regarding possible vapor caused by amalgam residues, there is no data recorded until 2013 by UNEP. In aquatic ecosystems the most toxic form of mercury, methylmercury or organic mercury, can be found, it can accumulate in fish and marine mammals that are consumed by humans, also in this environment the inorganic mercury (non-toxic) and the elemental mercury (less toxic) can be converted into methylmercury. The majority of human exposure to mercury that can bring health risks, occurs from the consumption of foods such as marine and/or freshwater fish. No good authentic research had been published in order to show a valid link between amalgam in the oral cavity and systemic disease. Thus, with the necessary caution, good sense and within the knowledge and based on relevant studies, the teaching and use of dental amalgam can continue in clinical cases in which aesthetics is not the predominant factor, without the fear of a possible side effect .
Palabras Clave / Keywords
amalgama dental, restauración dental permanente, mercurio.